Nos siguen tocando los cojones.

La gente puede soportar muchas cosas. No sabemos hasta qué punto somos capaces de soportar según qué hechos. La cuerda está ya muy tensa y la sociedad española, una y otra vez, está dando ejemplos de cordura, elegancia y buen hacer. Esto, en otra época, se hubiera liado muy gorda. Imagino que los que están en las altas esferas le importa tres mierdas todo esto o no son consciente de hasta qué punto puede llegar la indignación. No solamente hay que mirar a otros tiempos pasados; solamente basta con echar una mirada a otras sociedades–véase la griega–.

Se ha llegado un punto de desquicio tal, que incluso medios de líneas editoriales muy afines a la derecha, como ABC, por poner un ejemplo, están ya que no pueden decir otra cosa o que no pueden justificar según qué hechos a través de pruebas que si no categóricas, sí que hacen dudar a más de uno.

Otros diarios más radicales como La Gaceta o La Razón, también tienen que señalar la noticia. La Gaceta también parece que se posiciona como que todo huele a quemado. La Razón sigue con sus trece:

Ayer salió Cospedal a decir tonterías y a negar lo evidente. Cosa, por otra parte, muy lógica y por supuesto hoy sábado, le tocó el turno a Rajoy, rueda de prensa, periodistas a parte, para que no se formulen preguntas compremetidas. Así era la cosa…

Por supuesto las coñas «internetiles» no se han hecho esperar y todo parece ser que la próxima reunión que el presidente del Gobierno tendrá con Merkel será de esta guisa:

Pero dejando fuera bromas, la indignación sigue creciendo a pasos agigantados. Al menos siguen habiendo excepciones dentro de la política española: un edil del PP en Gijón dimite por todo lo que está haciendo su partido.

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